El tren bala de la IA ya partió: ¿Está Latinoamérica lista para subirse?
- Esp. Willmar Tarazona Faneyth

- 30 sept
- 2 Min. de lectura

Imagina que América Latina está en un videojuego de carreras futuristas, al más puro estilo de Gran Turismo. Los autos de Estados Unidos, China o Europa ya llevan turbinas de hiperpropulsión: invierten miles de millones en IA, entrenan a su gente y dominan las curvas de la pista digital, sin siquiera ver por el retrovisor. Nosotros, en cambio, apenas ajustamos la bicicleta para que el conductor no se caiga en la primera curva.
El último informe de la CEPAL, publicado este mismo año y analizando datos de 2023 (Jung y Katz, 2025) es claro: la inversión en IA en la región representa solo 1.56% de la demanda mundial, a pesar de que América Latina pesa un 6.3% del PIB global. Traducido: corremos con zapatos de tela en una pista donde los demás ya usan neumáticos de Fórmula 1.
Pero la realidad es aún más compleja en el día a día de los latinoamericanos. El dato duro: un aumento del 1% en gasto en IA se asocia con un 0.036% de crecimiento del PIB. Parece pequeño, pero acumulado y bien gestionado puede transformar economías. Brasil y México, por ejemplo, concentran los beneficios (unos 5,3 mil millones de dólares anuales cada uno), mientras que otros países apenas reciben migajas digitales.
El giro inesperado (o que nadie quiere ver)
Pero aquí está el plot twist: la IA no solo suma PIB, también resta empleos no calificados. Como advierte el informe, puede profundizar la desigualdad: sustituye trabajo precario y refuerza el valor del capital humano más formado. En palabras simples, si no capacitamos a nuestra gente, la promesa de la IA puede convertirse en una película de ciencia ficción distópica más que en una de superación colectiva.
El reto, entonces, no es decidir si nos subimos o no al tren de la IA. Ese tren ya pasó. La cuestión es si nos montamos en el vagón correcto: el de la educación, la capacitación continua y el rediseño de procesos. Porque la IA no es el villano que nos roba el trabajo, es el compañero de equipo que puede hacernos más productivos… siempre y cuando sepamos cómo entrenar con ella.
América Latina necesita centros tecnológicos sectoriales, programas de re-skilling masivos y un foco especial en las pymes, como recomienda la CEPAL. Si no, corremos el riesgo de que la IA solo beneficie a unos pocos y deje a la mayoría mirando desde la tribuna. Y ojo, Venezuela ni siquiera está cerca de tener la bicicleta, así que la brecha es realmente alarmante.
Hay que entenderlo: la IA no va a detenerse. La pregunta es si seremos protagonistas de la partida o simples NPCs en el gran videojuego de la economía global.
Mira el reporte completo del CEPAL aquí:
Jung, J. y Katz, R. (2025). Impacto económico de la inteligencia artificial en América Latina. CEPAL. Disponible en: https://repositorio.cepal.org/server/api/core/bitstreams/2d7a1ad5-dc48-447b-955f-b7a0058be02f/content
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